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¿Cuánto saben nuestros niños y jóvenes de quienes poblaron estas tierras hace miles de años, mucho antes de la llegada de los conquistadores? ¿Cuánto saben los pobladores cercanos a esos lugares sobre las riquezas arqueológicas de su entorno? La forma de conocer es investigar cómo se construyeron esos sitios, qué dicen los documentos históricos sobre los pobladores de entonces y sus hábitos, observar esos vestigios, a partir del presente, e intercambiar información y experiencias.


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Resultados del concurso "Más cerca del cielo, al lado de tu casa"



Presentamos los resultados del concurso "Más cerca del cielo, al lado de tu casa". ¡Muchas gracias a los niños, niñas y adultos que participaron!


Escuelas de dieciséis departamentos participaron en el concurso “Más cerca del cielo, ¡al lado de tu casa!”

Niños en busca del pasado

Un total de 115 niños de los departamentos de Montevideo, Canelones, Maldonado, Rocha, Florida, Soriano, Tacuarembó, Rivera, Colonia, Lavalleja, Cerro Largo, Paysandú, Flores, Río Negro, Durazno y San José buscaron en su entorno, en la escuela, el barrio o cerca de su casa, objetos y construcciones que son parte de nuestro patrimonio cultural.

Muchos de los niños participantes asisten a escuelas rurales y buscaron objetos relacionados con las tradiciones del campo, como los viejos arados, extrañas máquinas para matar hormigas o ranchos de paja y terrón, boleadoras o pasos de arroyos y ríos.

Los niños debían enviar un texto y una foto de algo que les pareciera importante conservar.
Muchas de las historias que llegaron son, además de entretenidas, interesantes y ricas por lo que cuentan y por el afecto que hay en los relatos. Maestras y familias participaron en la creación de los relatos y en la búsqueda.

La revista La Mochila presenta en este número a la ganadora y algunas de las 17 menciones que otorgó el jurado. En los próximos números publicaremos el resto de los trabajos premiados.

¡A ver si te gusta lo que seleccionaron distintos niños de todo el país!


Primer premio


Un rancho... y de mi familia

Ubicado en la localidad de Melo, precisamente en la zona de Barrio Arpí, en la calle España.
Fue construido hace más de 80 años.
Características de su construcción: piso de tierra, paredes de barro, cañas tacuaras y techo de paja. No contaba con baño en el lugar, este se encontraba a 30 metros.
El número de puerta fue colocado hace más de 50 años.
Este rancho pertenece a la familia Martínez. Esta familia estaba compuesta por el señor Francisco Toribio Martínez y su esposa Gregoria Prates, en el hogar también vivía el hermano de Gregoria, quién se llamaba Cándido que tenía capacidades diferentes y aun así, hacía los mandados a los vecinos. Cargaba agua de una bomba que había en el barrio, ya que en esa época nadie contaba con el servicio de agua potable.
Toribio, realizaba tareas de campo, mientras que su esposa era quien sobaba el barro para las paredes del hogar.
Años después, ya construido el hogar, tuvieron un hijo llamado Francisco Martínez Prates.
Pasaron los años y don Toribio falleció, dejando a doña Gregoria viuda, pero para ese entonces, Francisco ya se había casado con María Blanca Acosta y decidieron ir a vivir junto a Gregoria en su rancho, sobado por sus manos.
Francisco pasó a ser el heredero de doña Gregoria una vez que su madre falleció.Allí formaron una familia, tuvieron tres hijos, el mayor al que llamaron Hugo,luego nació María Luz y la más pequeña llamada Inés.
Criaron a sus hijos de manera saludable, ya que contaban con una quinta, que les brindaba aquellos alimentos necesarios. Estaba ubicada en el patio del rancho.
Cuando murió María Blanca Acosta, don Francisco decidió traer a su hija a vivir con él, la segunda que tuvo. Decidió dividir su rancho brindándole a su hija piezas para su comodidad, y él se quedó en una sola pieza.
Así, Francisco vivió sus últimos años, rodeado de sus hijas y, después, de sus nietos. Con 99 años de edad falleció. Dejó esta propiedad para sus hijos, quienes aún lo conservan con un grato recuerdo de sus antepasados.

Brenda Techera
Escuela n.º 75 de Melo, Cerro Largo


Menciones
Además del primer premio, el jurado distinguió otros 17 trabajos

Menciones:

1. Agustín Correa,
Radio vieja
Escuela n.º 12 Juan Zorrilla de San Martín, Minas, Lavalleja.

Es una radio vieja. Le falta una perilla y tiene el nombre de las ciudades de dónde se podía oír señal. Aparecen nombres como: Bogotá, Londres, París, Ankara, Roma, Río de Janeiro y Sharq Al Adna. También tiene marcado el lugar donde sentir radios norteamericanas y la BBC. Le falta buena parte del interior pero tiene una chapa con el número de fábrica, también otra chapa que no se puede leer por el herrumbre. Es enorme.



2. Agustín Suárez,
Mojón de piedra
Escuela n.º 76 Juan Zorrilla de San Martín, Florida.

Esta fotografía pertenece a un mojón de piedra que se encuentra a tres cuadras de nuestra escuela, en la esquina de Oribe y Larrobla.
La historia cuenta que las calles eran de tierra y transitaban carretas muy altas, carros y caballos.
El dueño de la vivienda lo mandaba a poner para que la gente que pasaba por la calle lo viera y pasara lejos de la casa.
En Florida solo queda este que sirve como recuerdo de esos tiempos, ya que hoy no es necesario porque hay cordón.
Estos datos nos aportó el historiador de Florida Carlos Pérez D’ Auria.



3. Agustina Posente,
Billete
Escuela n.º 12 Juan Zorrilla de San Martín, Minas, Lavalleja.

Es un billete de un valor de un peso, ley de 14 de agosto de 1935, de la República Oriental del Uruguay. Fue impreso en Tomas de la Rue y Coy, Londres, Inglaterra. Es uno de los que me regaló papá.







4. Brisa Silva,
Foto antigua
Escuela Rural n.º 85, Altos del Perdido, Soriano.

Ellos son la "Señorita Steiner" y el "Sr. Barry Thomas".  Ella era el ama de llaves de la estancia "Los Altos" y él el "Regente" o "Administrador".  Vivieron en esa estancia siendo pareja y tuvieron dos hijos.  Ella era austríaca y él inglés.  Son un ejemplo de las primeras familias inmigrantes en la zona del Perdido.

Este texto se lo hizo la maestra para explicar quienes son. Brisa seleccionó el elemento que más representa al museo que hay en la escuela y que los visitantes que ella atiende más preguntan ¿quienes son?



5. Bruno Chávez,
Canilla de un viejo hospital
Escuela n.º 12 Juan Zorrilla de San Martín, Minas, Lavalleja.

La foto es de una pileta de metal con una canilla muy rara. Perteneció al sanatorio de Curbelo Báez, médico que curaba con agua, a principios de siglo XX, en Minas. En la Casa de la Cultura hay una que tiene un pie también de hierro, que se conserva en mejor estado.






6. Ezequiel Núñez
Juego de café de cerámica
Escuela n.º 2 José Pedro Varela, Minas, Lavalleja.

La foto es de un juego de café que le regaló el patrón a mi madre. Era de su abuelo y tiene más de cien años. Está hecho de cerámica. En el pico tiene un dragón y en el asa de cada pieza aparece una figura que parece un perro. Cuando saqué la foto faltó poner la tapa de la cafetera porque la dejé en casa.





7. Héctor Ferrada
Máquina de matar hormigas
Escuela n.º 12, Juan Zorrilla de San Martín", Minas, Lavalleja.

Es una máquina de matar hormigas. Se le colocaba veneno, se encendía para que hiciera humo, se pisaba en el calce que tiene abajo y luego se daba bomba con la manija de madera. Llevaba una manguera (que a esta le falta) que se colocaba en la entrada del hormiguero. La máquina estaba en el museo de la escuela.










8. Lucía Acebedo
El carro de mis abuelos
Escuela Rural n.º  41 Alfredo Zitarrosa, Pando, Canelones.

El carro de mis abuelos.
Es un carro tirado por caballos y  que tiene dos ruedas
Es muy importante porque era el único medio de transporte que tenían hace más de 70 años.
Les servía para viajar y transportar todo tipos de cosas.
Llevaban papas, boniatos, animales de granja, herramientas y gente.
Es parte de la identidad rural.
De tardecita los abuelos salen a dar una vuelta en él, cuando el tiempo está lindo.
A veces me van a buscar a la escuela.



9. Magaly Garay
Plancha de carbón
Escuela n.º 12, Juan Zorrilla de San Martín, Minas Lavalleja.

Le saqué una foto a una plancha que se usaba antes. Llevaba carbones. Se abre al girar la perilla que tiene en la punta y allí se colocan los carbones. Luego se cierra y se tranca. Es de metal y muy pesada y el asa de madera para no quemarse. En el costado tiene agujeros para que entre aire para los carbones. No se podía regular la temperatura y a veces salían pedacitos por los huecos de los costados y se quemaba la ropa. Está pintada pero es de hierro.


10. Marión Pérez
Tamangos
Escuela n.º 19 Arequita, Lavalleja.

La foto que seleccioné es la de unos zapatos que pertenecían a los indios.
Éstos se llaman tamangos.
Eran hechos de cuero con cordones y servían para abrigarse y no lastimarse los pies.







11. Martina Moussayan,
Cerco de piedras
Escuela Rural n.º 14, Pintado, Florida.

De la ventana de la cocina veo los Cercos en el campo. Algunos son más largos y otros más cortos.
Tienen piedras grandes y chicas, si me paro al lado del  es más alto que yo.
Es muy difícil que los animales lo puedan pasar o saltar.
Hace mucho tiempo atrás las piedras se usaban como alambrado, porque el alambre no existía.
Estos cercos duran mucho tiempo, por eso yo los veo todavía en el campo.
Nunca me había imaginado que los hombres pudieran hacer kilómetros y kilómetros de cercos de piedras para repartir los potreros.
Me parece que ahora no hay hombres que hagan estos trabajos.



12. Milagros Gonzáles
Rancho frente a la escuela
Escuela Rural n.º  41 Alfredo Zitarrosa, Pando, Canelones.

Dice el refrán:
" Rancho viejo, tiene que tener goteras” pero este está muy destruido por el tiempo y el abandono de la gente.
Fue la vivienda de un español de apellido Pombo, que tenía boliche, vendía de todo y hacía los bailes allí.
El rancho es de paredes de ladrillos grandes y anchos.
Está retobado en barro, mezclado con bosta y paja "El adobe", que le dicen.
El techo es de paja. Fresquito en verano y calentito en invierno.
Me contó mi padre, que le había contado el abuelo, que para alumbrarse en las noches de fiesta en el rancho, clavaban cuchillos en la pared y en la hoja, de cada cuchillo, ponían una vela encendida.
Se llenaba el piso de tierra de sebo y los bailarines se resbalaban, entonces había que tirar agua para endurecer el sebo y seguían  lo más lindo.
Era baile con luces.
El rancho brillaba y cantaba en la mitad del campo, hasta la medianoche.



13. Pía Pereira Vázquez
Bajo la arena (boleadoras)
Colegio Pinares del Este, Maldonado.

En Maldonado, mi ciudad natal, existe un tesoro arqueológico escondido bajo las arenas, durante los veranos, los turistas, caminan sobre valiosísimas piezas arqueológicas sin poder imaginarlo.
En Punta del Este, sobre la  Rambla Claudio Williman  en la Parada 4, se encuentra ubicado el Hotel Conrad, a unos pocos metros de la Playa mansa. Cuentan los antiguos habitantes que donde actualmente se encuentra esta enorme edificación pasaba un enorme caudal de agua que iba de la playa Brava a la playa Mansa.
Al costado de esa corriente donde actualmente es la entrada principal  de Conrad, había un antiguo molino que habitaba “nuestro querido Carlos Páez Vilaró”.
Siguiendo ese curso hasta la costa,  en la profundidad de la arena está oculto uno de los mayores sitios arqueológicos de Maldonado.
Después de grandes temporales, por el drenaje actual salen millones de litros de agua con una fuerza que profundiza en la arena para descubrir un piso de tosca donde descansan espectaculares piezas como las  boleadoras que vemos en las fotos, también rompecabezas, algunas puntas de flechas, raspadores y otros utensilios construidos por nuestros olvidados indígenas.



14. Rodrigo Brazuna
Paso natural en el arroyo El Perdido
Escuela Rural n.º 85, Altos del Perdido, Soriano.

Este es un paso natural que está en el Arroyo "El Perdido" a 1 km de la escuela.  No tiene calzada y cuando llueve mucho se crece.  Por este paso se cree que cruzó Artigas en 1811 y por el mismo cruzó la Marcha de la Redota en el año 2011 festejando el Bicentenario.
Tiene mucha flora de monte nativo (Talas, Molles, Arueras) y lo rodean muchas plantas medicinales como la Carqueja, la Congorosa y la Yerba de la Piedra.  También habitan especies autóctonas fuera y dentro del arroyo.
Es nuestro rincón de patrimonio natural por eso lo cuidamos. 



15.Santiago Grasso
Manguita
Escuela Rural n.º 85 , Altos del Perdido, Soriano.

Esta le llamamos la "manguita" porque es como una manga de piedra chiquita.  Pero no sabemos para que es y si es natural o no.  Nosotros decimos que esas piedras las puso el hombre pero no sabemos para que, si para marcar un camino, un límite de un campo o que.  Poco a poco va desapareciendo porque las vacas y los hombres mueven las piedras.  Es un paseo cuando se vuelve del arroyo pasar por la manguita, mezcla de intriga, misterio e historia.


16. Sebastián Pintos
Arado
Escuela n.º  93, Paysandú.

En el campo de  mis abuelos encontré una herramienta  que ellos usaban: el carpidor.
Ahora hay herramientas más modernas para preparar la tierra.
Me parece importante este arado porque siendo nuestra principal actividad económica la agricultura muchas personas del campo lo habrán utilizado.




17.Victoria Ocampo
Casa vieja de Casavalle
Escuela n.º 319 República Popular China, Montevideo.

Una historia entre barro y ladrillos

Siempre me he preguntado, por distintos motivos ,porqué vivo en el terreno de la " Casa de Casavalle",porqué es el nombre del barrio, cuál es su historia.Este concurso me dio la oportunidad de investigar, explorar y conjuntamente con mi familia intercambiar historias de su niñez. Mi mamá nació en esta casa. La investigación histórica fue muy importante,.Aprendí que Pedro Casavalle peleó junto a nuestro prócer,José Artigas, en la Revolución Oriental, que luego pasó por varias manos hasta que quedaron mis bisabuelos.
Mi mamá recuerda una de esas historias que solo se transmiten , como dice mi maestra de "generación en generación". A ella siempre le sorprendió la solidaridad de sus abuelos y su decencia. Ellos se llamaban Don Isidoro Carrasco y Blanca Acosta, los cuales tuvieron 20 hijos. No puedo imaginar la cantidad de nietos que eran, entre ellas mi madre.
Todos los días del año mi bisabuelo se levantaba en la madrugada y preparaba una olla de leche con cocoa, cortaba cinco flautas de pan y preparaba el desayuno a todos sus nietos. Mi madre cuenta que nunca olvidará los momentos que allí vivió, y lo que jamás olvida es la generosidad de su abuelo, ya que también daba de ese desayuno a otros niños que también lo necesitaran, decía "donde comen 2 comen 3" .
Pensábamos en familia que bueno sería recuperar la edificación y más que nada el Patrimonio Inmaterial del Barrio Casavalle.

Quinta nota en la revista La Mochila

Cuarta nota en la revista infantil La Mochila publicada por
 Ediciones de la Banda Oriental (de distribución nacional)


 El viaje de Sofía llega al final. 
Solo queda un último punto por visitar: Paso Cementerio, en el departamento de Salto. 
La búsqueda de rastros de nuestro pasado indígena la llevó por tierras donde nunca había estado. En estas travesías aprendió de otros niños uruguayos que viven en zonas altas, con cerros de cumbres chatas a la vista; niños que van a escuelas rurales alejadas de las grandes ciudades, sin centros comerciales cercanos ni cines. 
Pero en especial aprendió qué significa ser arqueólogo en Uruguay.




                                                                                                                                                                                                                                                                                    
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Concurso Más cerca del cielo: Al lado de tu casa

Extendimos el plazo para recepción de propuestas hasta el 10 de setiembre
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Cuarta nota en la revista La Mochila

Cuarta nota en la revista infantil La Mochila publicada por
 Ediciones de la Banda Oriental (de distribución nacional)







Cada día Sofía se entusiasma más con ser arqueóloga y buscar huellas indígenas en nuestros campos, en especial en las cimas de los cerros.

Luego de recorrer la sierra de Aguirre en Rocha y el cerro Charrúa en Tacuarembó, aprendió a distinguir estructuras de piedra hechas por personas, de otras que son simples acumulaciones naturales.



Todavía le queda camino por andar, aún le falta recorrer Rivera. Una vez más se ha levantado muy temprano. El destino ahora es el pueblo Estación Laureles y el cerro Minuano. Antes de llegar, hará una última parada en Tacuarembó, en el cerro del Pastoreo. Veamos qué sorpresas la esperan en el camino.



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